Reforma, Chiapas — La tragedia se escribió en segundos. Don Eusebio, un adulto mayor de la zona 5B, entró al cajero del Banco del Bienestar con la esperanza de ver reflejado su apoyo… pero salió con el corazón roto. Literalmente.
No había depósito. No había explicación. Solo frustración.
Testigos relatan que Don Eusebio salió visiblemente alterado tras revisar su saldo. “Se veía preocupado, como si no supiera qué hacer”, dijo una mujer que esperaba su turno. Minutos después, el hombre se desplomó frente a la sucursal. Ya no volvió a levantarse.
Personas intentaron auxiliarlo. Llamaron a emergencias. Pero el infarto fue fulminante.
¿CUÁNTOS MÁS?
Este no es un caso aislado. En plena dispersión de apoyos, miles de adultos mayores enfrentan retrasos, tarjetas bloqueadas y largas filas sin sombra ni agua. Y mientras las autoridades presumen “bienestar”, la realidad cobra vidas.
El calendario oficial marcaba pagos desde el 3 de noviembre. Pero en la práctica, muchos siguen esperando. ¿Quién responde por el estrés, la incertidumbre y ahora… la muerte?
