San Pancho, Nayarit – Un nuevo caso de apropiación indebida de espacios públicos ha causado indignación en la comunidad costera de San Pancho, luego de que una mujer extranjera, acompañada de su esposo, expulsara a una familia que disfrutaba de la playa argumentando que “tiene la concesión pagada” y que el área es de su propiedad.
Los testigos aseguran que la mujer no solo exigió que se retiraran, sino que pateó las bebidas de los presentes y sostuvo una confrontación de más de 15 minutos, asegurando que cuando termine la construcción de su casa, nadie podrá pasar por ese tramo de la playa.
Lo más contradictorio es que su obra, aparentemente suspendida, seguía operando con trabajadores en el lugar, mostrando que las mismas leyes que exige, no las cumple.
Las playas en México: ¿Privadas o de libre acceso?
Este incidente ha reavivado el debate sobre el acceso a las playas mexicanas. De acuerdo con la Ley General de Bienes Nacionales, las playas son espacios públicos y su acceso no puede ser restringido, incluso si una persona cuenta con una concesión.
Las concesiones otorgadas por el gobierno federal permiten el uso y explotación de ciertas áreas, pero no otorgan propiedad absoluta ni el derecho de impedir el paso por la zona federal marítimo-terrestre, que abarca 20 metros desde la línea de marea alta.
Sin embargo, cada vez es más común que extranjeros intenten apropiarse de playas, construyendo cercas, colocando vigilancia privada o expulsando a los visitantes como ocurrió en San Pancho.
¿Hasta cuándo vamos a permitir esto?
Las comunidades costeras han levantado la voz ante estos intentos de privatización disfrazada. La defensa del acceso público es fundamental para evitar que playas que pertenecen a todos sean reducidas a privilegios de unos cuantos.
Este caso en San Pancho no es aislado y debe ser un llamado de atención para reforzar la vigilancia sobre el cumplimiento de las leyes que garantizan que las playas sigan siendo del pueblo, no de particulares.





