La nueva medida del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha encendido las alarmas entre miles de trabajadores migrantes, incluidos los mexicanos. A partir del 21 de septiembre de 2025, las visas de trabajo tipo H-1B —utilizadas sobre todo por profesionistas altamente calificados en sectores como la tecnología, ingeniería, salud y educación— estarán sujetas a una tarifa de 100 mil dólares en ciertas circunstancias.

¿A quiénes afecta?

Principalmente a quienes soliciten una visa H-1B desde fuera de Estados Unidos.

También a quienes tengan que renovar o revalidar su visado en consulados o embajadas estadounidenses fuera del país.

Los trabajadores que ya se encuentren en EE.UU. con H-1B vigente podrían no pagar la tarifa, aunque se arriesgan si salen del país y luego intentan reingresar.

Impacto para los mexicanos

México es uno de los países con mayor flujo de profesionistas hacia EE.UU. bajo el esquema H-1B, especialmente en las áreas de tecnología, construcción, enfermería y docencia. Con este cambio:

Muchas empresas dudarán en contratar talento mexicano, pues la tarifa eleva exponencialmente los costos de reclutamiento.

Jóvenes recién egresados que aspiraban a trabajar en Estados Unidos podrían ver cerradas sus oportunidades laborales.

Migrantes ya establecidos podrían optar por no salir de EE.UU. para evitar el pago al momento de reingresar.

El programa H-1B, que antes era una vía de movilidad y crecimiento profesional, corre el riesgo de convertirse en un beneficio exclusivo para grandes corporaciones capaces de absorber el costo.

Una medida en disputa

Expertos en migración señalan que la tarifa podría ser impugnada en tribunales, al considerar que excede las facultades presidenciales. Mientras tanto, organizaciones de defensa de migrantes advierten que se trata de un golpe directo a la clase trabajadora extranjera, que busca limitar la competencia frente a los estadounidenses.

Conclusión

Lo que para la Casa Blanca es una estrategia para “proteger empleos locales”, para miles de mexicanos representa una barrera casi infranqueable. La visa H-1B, que antes era una oportunidad de crecimiento, ahora podría convertirse en un privilegio al alcance de muy pocos.