En medio de una crisis de seguridad que se extiende por todo el país, documentos filtrados por el colectivo Guacamaya, reportes de inteligencia militar y mapeos de la DEA han colocado a varios gobernadores en el radar por presuntos vínculos con grupos del crimen organizado. El caso más reciente involucra al mandatario de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, de Morena.
De acuerdo con investigaciones publicadas por La Silla Rota y Infobae, el entorno familiar de Ramírez Bedolla aparece en archivos hackeados a la Secretaría de la Defensa Nacional. En particular, se señala a su tía, Anabel Bedolla Marín, esposa del exalcalde de Aguililla detenido en Estados Unidos por nexos con Los Viagras, como presunta financiadora de la campaña del actual gobernador y posible enlace entre operadores criminales y actores políticos locales.
Aunque no existe una acusación formal contra Ramírez Bedolla, su nombre figura en los mapeos de riesgo elaborados por agencias internacionales, lo que ha encendido alertas sobre la infiltración del crimen organizado en estructuras de poder estatal.
Otros casos en el radar
El caso de Michoacán no es aislado. De acuerdo con la plataforma http://xn--narcopolticos-3ib.com/, creada por los periodistas Luis Chaparro y Óscar Balderas, junto con la organización civil Defensorxs, al menos dos gobernadores y una alcaldesa han sido señalados por presuntos nexos con el narco:
– Tamaulipas: Gobernadores en funciones y exmandatarios han sido vinculados con el Cártel del Golfo y el Cártel del Noreste, según denuncias del PRI ante la FGR.
– Sinaloa y Sonora: Estados gobernados por Morena donde los índices de violencia superan la media nacional, y donde se han documentado presuntos pactos de no agresión entre autoridades locales y grupos criminales.
– Quintana Roo: Aunque no se trata de un gobernador, el director de la Policía de Investigación estatal, José Ángel Hodgkin Cuevas, está siendo investigado por recibir dinero de la delincuencia organizada y ordenar la liberación de personas armadas.
¿Y el gobierno federal?
La presidenta Claudia Sheinbaum ha descartado que Estados Unidos envíe más agentes para combatir el crimen organizado en México, asegurando que existe un mecanismo de colaboración bilateral, pero que la soberanía nacional no está en negociación.
La sombra del narco sobre los gobiernos estatales no es nueva, pero los vínculos familiares, las campañas financiadas y los pactos silenciosos vuelven a encender las alarmas. En un país que se prepara para elecciones en 2027 y para recibir el Mundial de Futbol en 2026, la violencia y la infiltración criminal siguen siendo el rostro que muchos intentan ocultar.
