Tepic, Nayarit. No hubo discursos largos ni cámaras invasivas. Solo cuatro cunas vacías que hoy comienzan a llenarse de historias. En las instalaciones del DIF Nayarit, la presidenta del organismo, Beatriz Estrada, entregó a acogimiento preadoptivo a cuatro niñas de entre 7 meses y 2 años de edad, quienes ahora tienen algo más que documentos: tienen familia.
El ambiente era cálido, sin formalismos fríos. Las nuevas madres sostenían con nervios y ternura a sus pequeñas, sabiendo que cada mirada, cada abrazo, es el principio de algo que no cabe en ningún expediente. Las niñas, ajenas aún a todo lo que significa “adopción”, respondían con gestos espontáneos: una sonrisa, una siesta, una mano aferrada al dedo de quien ya les promete cuidado eterno.
“El corazón también firma acuerdos”
Beatriz Estrada, firme pero con voz maternal, destacó que estos procesos no son solo trámites legales, sino actos de restitución emocional. En seis meses, si todo marcha conforme a ley, se iniciará el juicio de adopción. Por ahora, lo único que importa es que hay leche lista, cunas armadas y puertas abiertas.
Más que familias idóneas, hogares con vocación
Los rostros de los presentes decían más que cualquier comunicado: emoción contenida, esperanza desbordada. Son familias certificadas, sí. Pero sobre todo, familias que decidieron amar sin condiciones.
Y así, entre formularios, pañaleros y nuevas rutinas, cuatro niñas dejaron de estar solas, y Tepic volvió a recordarnos que las políticas públicas también pueden abrazar.
