Tepic, Nayarit.- El Instituto Estatal Electoral de Nayarit (IEEN) atraviesa una de sus etapas más críticas. Este lunes 19 de septiembre se hizo efectiva la renuncia de la secretaria general, Marley Sánchez Casillas, quien dejó el cargo denunciando la falta de un entorno de respeto profesional dentro del organismo.
La dimisión, presentada el pasado viernes a la consejera presidenta María José Torres Hernández, se suma a una cadena de renuncias que en los últimos tres meses ha vaciado áreas estratégicas del instituto, como Transparencia, Comunicación Social y la Dirección Jurídica.
En su carta, Sánchez Casillas señaló que permanecer en el cargo significaría “avalar prácticas contrarias al interés público, a la misión del Instituto y a los principios democráticos que lo rigen”. Con ello, puso sobre la mesa un señalamiento directo a la conducción interna del IEEN, que desde hace meses vive enfrentamientos entre consejeras, consejeros y la propia presidenta.
Señalamientos y fracturas internas
La ex funcionaria, quien asumió la Secretaría General en diciembre de 2022, agradeció a su equipo de trabajo, pero advirtió haber sido testigo de actitudes que “no deben replicarse ni tolerarse”. Su salida confirma lo que ya se percibía: un organismo electoral debilitado por pugnas políticas y decisiones cuestionadas.
Y es que la renuncia de Sánchez Casillas no es un hecho aislado. Se produce en medio de la polémica por la reciente aprobación de modificaciones al estatuto laboral que garantizan un haber de retiro cercano a un millón de pesos a los consejeros Alba Zayonara Rodríguez Martínez, Ana María Mora Pérez y Benjamín Caro Seefoó, quienes dejarán su cargo en noviembre.
La medida ha sido duramente criticada, incluso por el gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero, quien la calificó como un exceso frente a la realidad económica de la entidad.
Un instituto bajo sospecha
El IEEN, organismo responsable de garantizar la democracia en Nayarit, enfrenta hoy cuestionamientos sobre su legitimidad y su manejo interno. Mientras consejeros se blindan con beneficios millonarios, funcionarios clave abandonan sus puestos denunciando la ausencia de condiciones mínimas de respeto y profesionalismo.
La renuncia de Marley Sánchez Casillas se convierte así en un síntoma más de un instituto electoral fracturado, donde la pugna interna amenaza con opacar la misión de garantizar procesos democráticos transparentes y confiables en la entidad.